EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS
La situación mundial en la que nos encontramos de globalización nos está haciendo olvidar de dónde venimos, nuestras culturas y tradiciones, en lugar de las festividades estadounidenses. A mi parecer no podría haber país más pobre que uno sin cultura ni características propias y día tras día los países pequeños están perdiendo su seña de identidad ante los países más avanzados.
La situación mundial en la que nos encontramos de globalización nos está haciendo olvidar de dónde venimos, nuestras culturas y tradiciones, en lugar de las festividades estadounidenses. A mi parecer no podría haber país más pobre que uno sin cultura ni características propias y día tras día los países pequeños están perdiendo su seña de identidad ante los países más avanzados.
A lo largo de mi
infancia, he pasado todos los puentes de “todos los santos”, como se le llama
tradicionalmente a esta festividad que algunos han olvidado, en tierras
burgalesas. Recuerdo haber pasado dicha noche contando historias de terror en
lugares abandonados, oscuros y siniestros. Pero he de admitir que a medida que
crecí, fui perdiendo la costumbre principalmente por dejar de frecuentar el
pueblo.
Este afán por
imitar lo yanqui se puede observar en otras festividades como la Navidad, con
las casas llenas de luces y sustituyendo al gran Olentzero por Santa Claus. Por
otra parte, su cultura llega a hacernos vestir con sus marcas y estilos, aparte
de escuchar su música, haciéndoles ganar dinero a nuestra costa. Esta alteración en las costumbres se debe
mayormente al pensamiento de que lo americano es lo mejor, lo que está de moda
y lo que hemos de considerar para sentirnos modernos.
Para concluir, no me
gustaría volver al pueblo en la vejez y que la juventud venga disfrazada de
monstruos con la ya famosa frase “truco o trato” pidiendo gominolas, porque la
sociedad contemporánea me demostraría la derrota ante el gigante anglosajón.
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