Crisis socio-cultural

Navegando por internet he encontrado esta viñeta a cuento de una entrada anterior sobre el fútbol que lo ilustra de fábula.

Repito que aun siendo un amante del balompié, me parece que está llegando a un punto crítico y peligroso, no tanto por desprestigiar al deporte por excelencia de España, sino por lo que le transmite a un pueblo que lleva años sufriendo una crisis económica, social y cultural y al que solo le preocupa que Casillas no sea titular en el Real Madrid.

Hoy en día, los que serán el futuro de este país no quieren saber ni mucho menos visitar lugares como el museo del Louvre de Francia. Y si ahora que sus padres les pagarían las entradas a todos los museos que quieran no hacen ni un mínimo esfuerzo por ampliar su riqueza cultural, no me quiero ni imaginar cuando tengan un sueldo de 800 euros al mes y tengan que mantener a su familia lo que invertirán en cultura.

Yo personalmente he tenido la suerte de poder visitar el Louvre, siendo bastante joven encima como para no haberlo sabido valorar lo que un museo de esas dimensiones se merece y obligándome así a tener que regresar algún día. Es un hecho que la cultura no interesa a los jóvenes, y que prefieren gastarse 200 euros en viajar a ver a su equipo jugar un partido que ver mundo y conocer otras culturas y otras formas de vida lejos de las fronteras españolas. 

Hace un par de días murió un premio Nobel de literatura, G. García Márquez y me entristece muchísimo que la gente de a pie conozca más sobre Sergio Ramos y sus tipos de peinado que de él. Y en época de crisis debemos recordar que la cultura se compra con dinero, y que tal vez es esto lo que hace que en un mundo capitalista a nadie le interese. 

Sinceramente, no imagino que los niños que están creciendo con iPhones a los 10 años vayan a tener nunca algún interés en informarse sobre quien fue "Gabo" a no ser que les entre en un examen. Al igual que no veo a esta "Generación Nintendo" siendo capaces de escribir obras como "Cien años de soledad", supongo que la literatura de finales de este siglo será más del estilo de, "Como instagram me hizo aprender a parecer más guapa/o" y se me viene el mundo encima.

Por suerte yo no estaré aquí para leer estas o otras sandeces, pero espero que la tontería esta de que lo "yankie" sea lo bueno y única alternativa para ser alguien no dure más de varias décadas, porque si no no me quedara otro remedio que empezar a hablar sobre el cambio de "look" de Dani Alves y entonces desearía estar muerto.

Bilbao, cuna del gran poeta.

El árbol de la ciencia

La casa de Bernarda Alba

¡¡MALDITO BALOMPIÉ!!

No seria lógico que empezase diciendo que soy futbolista y que lo llevo siendo desde los 4 años pero es así. El balompié significa, ha significado y espero que signifique mucho para mí en el futuro. Pero debo confesar que el deporte rey de este país se ha vuelto una forma de manipulación y que nos está haciendo perder la cabeza.

Sin ánimo de querer desprestigiar este deporte que me lo ha dado todo, tanto malo y bueno, más y menos, a lo largo de estos 14 años, entiendo que no podemos dejar que en momentos críticos para la supervivencia de una sociedad que es líder en desempleo a nivel europeo y a la cola de todas las protestas por  las múltiples ofensas que recibimos de lo altos cargos públicos.

Siento comunicaros a los que no lo habéis querido ver hasta ahora que el fútbol es el opio del pueblo, que nos amansa, y hace que cada uno estemos en nuestro lugar mientras ministros, banqueros y senadores se llenan su bolsillo con nuestro dinero.

Muchos os preguntaréis cómo puede una persona que ama y vive el fútbol como yo hablar de esta forma sobre su deporte favorito, la verdad es que ha llegado un punto en el que estoy  harto de escuchar estúpidas discusiones sobre el peinado de uno o los vómitos del otro, harto de que "Las Manolas" manipulen a su antojo y nadie quiera verlo. El balompié ya no es ese deporte duro, de contacto y de dejarse la piel que era antaño, ahora se ha convertido en un juego de princesitas que no se quieren romper las uñas para que en el telediario del día sigiente salgan lo mas guapos posibles.

Echo de menos en el fútbol actual equipos como Osasuna, un equipo al que no le queda otra que dejarse la piel en el campo porque no tiene los millones necesarios para poder comprar una princesa brasileña que se pase los partidos en el suelo, o un príncipe que atienda más a su pelo y su imagen que a sudar una camiseta.

El fútbol es un deporte precioso, pero la telemanipulación, por una parte, y la demasiada atención a charlatanes que no deberían dedicarse a seguir órdenes de directores del equipo del gobierno, por otra, lo están echando a perder.

Por todo esto quiero dar la gracias al Athletic Club de Bilbao por dedicarse a lo que se tienen que dedicar, a correr, a sudar y a hacer su trabajo que es jugar al fútbol como saben. Jugando partidos lunes sí y lunes también, llenando su estadio a horas en las que, en otro, no irían ni sus respectivos presidentes y por hacer que este deporte sea un poco menos negocio que deporte, aunque al fin y al cabo, creo que hemos matado al deporte a manos del dinero.

Tecnología movíl del hoy en día

La historia de los avances tecnológicos y la de la telefonía han ido siempre de la mano, aunque hay que recordar que aunque exista una generación que ha nacido con todo tipo de tecnologías como portátiles, tabletas o “teléfonos inteligentes”, no llevan tanto tiempo en nuestra sociedad y nada tienen que ver con los antigüos  zapatófonos .

Uno de los mayores avances en el ámbito de la telefonía ha sido la entrada de internet como uso barato, rápido y a disposición de cualquiera (recordar que en los móviles viejos también había internet pero era caro y muy lento),  ya que es difícil encontrar un móvil sin internet hoy en día, lo que ha creado una sociedad que vive pegada a su móvil creando una dependencia que solo el tiempo podrá desvelar que consecuencias traerá.

La dependencia de estar al corriente de lo que les sucede o piensan tus conocidos (twitter) o qué te cuentan o te envían los más cercanos a ti ( telegram, whats app …)  hecho que , y no se libran más que las personas ancianas, que todos pasemos una barbaridad de horas pegados a nuestro móvil, o ¿alguno de vosotros deja el móvil en casa aunque vaya  a salir a tomarse unos cafés con los amigos? Pienso que el móvil se ha convertido en un accesorio tan indispensable como los zapatos o la cartera.

Muchos le quitan hierro al asunto hablando sobre “un cambió en la sociedad actual” cuando creo que es importante recordar  que por muchas notificaciones que te lleguen al teléfono no hay nadie más que tú para controlar la importancia que tiene el móvil en tu día a día y tu dependencia hacia él. Por otro lado, pienso que la sociedad tiene ese afán por estar constantemente comunicados por el único motivo de tener la opción de conectarnos a la red en cualquier lugar y en cualquier momento. Otros dirán que no hay nada malo en pasarse el día hablando con los amigos, pero a mí parecer el lado negativo llega cuando, por mil razones, no recibes ese mensaje al que te tenían acostumbrado y tu cuerpo reacciona instintivamente como alarmado.

Yo admito estar muy enganchado al móvil, y eso que no estoy tanto con él como otros, pero pienso que es suficiente como para admitirlo. eso si, por muy increíble que resulte,  la situación de estar en el metro con gente mirando por la ventana desapareció... Y junto a ella la sensación de espera o aburrimiento ya no existe, se extinguió con la tecnología móvil anterior. Aunque muchas veces no tengamos mensajes o conversaciones que realmente nos interesen, recurrimos a abrir y cerrar el twitter o el whatss app aun sabiendo que no tenemos mensajes o que hemos mirado el twitter hace dos minutos.

Para concluir, pienso que la dependencia que estamos creando alrededor de los móviles solo podrá finalizar cuando nosotros decidamos acabar con ella, mientras, informáticos, programadores y empresas de telefonía seguirán enriqueciéndose por nuestra necesidad de tener lo último para poder estar al corriente de las últimas tendencias, haciéndole un gran favor día tras día al capitalismo y al consumismo, mientras twiteamos la necesidad de una revuelta social contra este mundo intoxicado.

La brutalidad policial

Por vez primera en un país que no acostumbra a unirse contra los que están acabando con nuestra existencia, " La marcha por la dignidad" que empezó en diferentes capitales de provincias españolas llegó antes de ayer a la capital. Miles y miles de españoles se reunieron colapsando las calles de Madrid pidiendo de una vez por todas la dimisión de un gobierno que no nos representa y que no ha cumplido con sus promesas electorales. A lo largo del día se celebraron numerosos actos y mítines de gente importante como la del actor Wili Toledo en un tono de voz algo enfadado, por no decir harto.

Al caer la noche madrileña, una parte de los manifestantes "provocaron" a los agentes del orden y la ley, y una vez más, y no es la primera en la capital en los últimos años, el gobierno español sacó a la luz su armada de perros, haciendo honor a su nombre con imágenes como la que he encontrado en el diario Deia.

No quiero justificar a los en su mayoría jóvenes, digo en su mayoría porque una anciana de 75 años puede ser condenada en las próximas horas por su participación en la manifestación y posteriores ataques, porque tampoco se les puede considerar como angelitos. Pero de ahí, a dejar imágenes como las que hemos podido ver estos días y no menos importante, la forma en que el gobierno las avala, me parece que estamos cada día mas cerca de Venezuela, lo que me entristece enormemente. 

El nivel de fustración de gente que lo ha perdido todo, junto con las ganas de revolución de un pueblo que ya no puede más, puede tener un final inimaginable, y si la alternativa a esto, son porrazos, pelotazos (especial mención a Iñigo Cabacas cuyo asesino no pisará ni tan siquiera un tribunal) o incluso la imagen que se ha podido ver en Twitter de un agente agarrando su reglamentaría, no nos deja otra que luchar con más ganas, cada vez más ciudadanos, y cada vez más seguros de que lo lograremos.

¡VIVA LA REVOLUCIÓN!